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¿Cuál será el impacto duradero del Covid-19 sobre el sector logístico?

La pandemia ha puesto de relieve la importancia de las cadenas de suministro y el sector logístico. Analizamos sus efectos a largo plazo.

21 de julio de 2020

Si ha habido un momento en el que hemos puesto en valor el funcionamiento del sector logístico ha sido, sin duda, la época de confinamiento. Ya sea para hacer ejercicio, teletrabajar o buscar nuevas actividades de ocio, el número de compradores online ha crecido de forma más que notable, incluso en segmentos con poca adherencia a lo digital como son los mayores de 60 años. Tanto es así que, según un estudio de IAB, un 70% o más de los españoles de todos los rangos de edad ha adquirido algún bien o servicio online durante la cuarentena.

Los hábitos de compra online de los españoles han variado no solo en porcentaje de compradores online, sino también en cuanto a los productos adquiridos, con el consiguiente incremento generalizado de las ventas por Internet. Eso ha situado a la logística como una actividad clave para la supervivencia de los negocios, una tendencia que tendrá continuidad también en la actual época post-Covid.

La tendencia hacia la automatización y la utilización de robots en las operaciones impactará en la especialización de los activos industriales y sus ubicaciones.

¿Cómo podría cambiar, por tanto, la pandemia al sector logístico? A corto plazo, es evidente que la situación requiere que las compañías revisen su estrategia y fortalezcan la cadena de suministro y sus canales de e-commerce ante otras posibles amenazas e interrupciones. Mientras tanto, a la larga, podemos anticipar algunos cambios adicionales y de mayor envergadura, que afectan al propio funcionamiento de las cadena de suministro y el sector logístico como tal.

Aceleración del crecimiento del comercio electrónico

El Covid-19 puede acelerar el crecimiento del e-commerce, que ya auguraban los expertos antes de la pandemia. Eso incluye el sector de la alimentación online, que había quedado algo rezagado con respecto a otras áreas en cuanto a la acepción por parte del mercado. Si la cuarentena fomenta un cambio a largo plazo en el comportamiento de compra de los consumidores, es probable registre un crecimiento sostenido en el tiempo.

Más existencias en stock

Es probable que las empresas que antes trabajaban con poco stock, decidan cambiar su estrategia de negocio e incrementar su capacidad de almacenaje. Las posibles emergencias climáticas pueden actuar como factores desencadenantes de la volatilidad y el riesgo de descoordinación de la cadena de suministro, lo que exige a las organizaciones fortalecer la preparación general ante cualquier interrupción. Todo ello puede conllevar una mayor demanda de naves de almacenamiento, que permita equilibrar la oferta con la demanda.

Reubicación y diversificación de las fuentes de abastecimiento

La pandemia impulsará las estrategias de reducción de riesgos y llevará a las empresas a incrementar la resiliencia de sus cadenas. Por un lado, nos podríamos encontrar con que un mayor número de productos se fabriquen en el país de origen de la empresa comercializadora. Por otro, anticipamos un mayor interés por las materias primas de proximidad a la hora de abastecer a las fábricas, además de una diversificación de las fuentes de suministro de las cadenas. 

Esto podría conllevar un incremento en la demanda de instalaciones industriales y de logística a nivel regional. Sin embargo, también puede ocasionar un descenso en el volumen del comercio mundial, así como en los flujos de contenedores en los principales puertos.

Más automatización y presencia de robots en las naves

Es probable que la pandemia acelere la tendencia hacia la automatización y la utilización de robots en las operaciones industriales, de transporte y de almacenamiento, como una forma de reducir la dependencia de las personas. Esto impactará en la especialización de los activos y sus ubicaciones, incluida una creciente demanda de suministro energético.

¿Qué otros factores facilitarán la solidez del sector logístico?
  • El flujo de ingresos seguro (los contratos con inquilinos con todas las garantías y los plazos relativamente largos para el vencimiento de los contratos de arrendamiento).
  • Los inquilinos que operan en sectores más sólidos como pueden ser la alimentación o las nuevas tecnologías e Internet.
  • Las naves modernas, especializadas y sostenibles, con acceso a una buena infraestructura (incluida la energía eléctrica). Tendrán prioridad aquellas que estén situadas en ubicaciones estratégicas y que faciliten el servicio a los principales mercados de consumo (o industriales).
  • Los inmuebles ubicados en lugares en los que la oferta es limitada.
  • Los activos que están bien posicionados para ofrecer el servicio de logística de última milla y que permiten hacer frente al probable aumento de las ventas online de productos perecederos y no perecederos.

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