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¿Siguen teniendo recorridos los préstamos no productivos en Europa?

Los préstamos no productivos (NPL, por sus siglas en inglés) han sido un activo clave de la década de 2010 en Europa y continuarán siendo tendencia en la próxima década.

20 de enero de 2020

Han pasado más de diez años desde el inicio de la crisis financiera mundial, cuando los bancos europeos comenzaron a usar un término financiero que pasó a formar parte de la jerga común: “préstamos no productivos” (NPL). 

“El ladrillo sigue representando cerca del 40% (314.000 millones de euros) de la cifra total de los NPL en Europa.”

Emilio Portes, Head of Q&RM, JLL EMEA

Por aquel entonces, existía un importante volumen de préstamos bancarios garantizados por activos inmobiliarios que habían incurrido en incumplimiento. Los bancos que contaban con estos NPL en su balance corrían el riesgo de derrumbarse, lo que, a su vez, ponía en peligro a todo el sistema financiero. Existía incluso la preocupación de que los NPL pudieran terminar con la moneda comunitaria, el euro. 

No obstante, diez años después, los países que fueron en su momento el epicentro de la crisis —Grecia, Italia, España e Irlanda— mantienen su pertenencia a la zona euro. Por tanto, ¿han perdido relevancia los NPL?

“El argumento de inversión en los NPL europeos no se ha agotado del todo”, comenta Emilio Portes, Head of Q&RM para JLL EMEA.  “Los bancos de la zona siguen teniendo préstamos no productivos en sus balances y el ladrillo sigue representando cerca del 40% (314.000 millones de euros) de la cifra total de los NPL en Europa”. 

En la última década, las presiones normativas han forzado a bancos de renombre a realizar avances en este sentido, y el volumen total de NPL en Europa se ha reducido desde su máximo de 1.400 mil millones de euros a finales de 2014 hasta alrededor de 782.600 millones a mediados de 2018.

Las nuevas normativas de los reguladores europeos exigían un aumento de las provisiones —pero en tiempo inferior— para hacer frente a las pérdidas de los nuevos NPL. “La última década ha estado caracterizada por los esfuerzos realizados por los bancos europeos, que, sin embargo, no han actuado al unísono”, continúa Portes. “Aún queda mucho por hacer”.

Italia ostenta el mayor volumen de NPL en Europa, por valor de 167.500 millones de euros, y también es uno de los países con la ratio de NPL más elevada, que casi triplica la media europea. Francia, con 126.700 millones de euros, se sitúa en segundo lugar, mientras que España y Grecia mantienen 91.800 millones y 82.300 millones, respectivamente. Estos cuatros países suman el 59,8% del volumen total de NPL de la UE.

Hasta principios de octubre 2019 se habían formalizado operaciones por un valor total de 67.900 millones de euros en el Viejo Continente, según un reciente informe de Debtwire sobre los NPL europeos. Esta cifra está a años luz del récord alcanzado en 2018, de 200.000 millones de euros.

“El ritmo se ha ralentizado y podría decirse que los mejores activos se negociaron en la fase anterior del ciclo”, apostilla Portes. “La calidad y la ubicación de los activos restantes suelen ser características decisivas”.

No existe un enfoque universal

El “banco malo” creado por el Gobierno español, la SAREB, lleva descargando a las entidades bancarias de los NPL desde su creación en 2012, siguiendo el ejemplo de su homólogo irlandés, la NAMA (National Asset Management Agency), constituida tres años antes, y el londinense UKAR (UK Asset Resolution), creado en 2010.

La SAREB española y sus homólogos en Dublín y Londres diferían no solo en términos de enfoque y plazos, sino también, y lo que es más importante, en su exposición: la SAREB se centraba en activos exclusivamente españoles, mientras que la NAMA tenía préstamos vinculados a activos inmobiliarios en otras ubicaciones, como París. Además, la SAREB mantenía algunos NPL de menos envergadura que la NAMA irlandesa, que, al contrario que la primera, tenía un mayor control sobre la selección de activos que incorporaba.

La capacidad para actuar con rapidez y determinación fue un factor fundamental en la gestión satisfactoria de los NPL de ambos bancos y los numerosos inversores —principalmente de capital riesgo— que se apresuraron para ser los primeros en seleccionar activos de los balances de los bancos. Cerberus, Fortress y Lone Star se han mostrado especialmente activos en la última década, mientras que Blackstone compró en 2017 una cartera de activos inmobiliarios y préstamos por valor de alrededor de 30.000 millones de euros (valor contable bruto) al Banco Popular.

“Lo que hemos observado, sobre todo en España, es que las firmas de capital riesgo se han mostrado especialmente dispuestas a generar casos de reorganización “comenta Portes. “A medida que el ciclo maduraba, los activos se han ido vendiendo”.

No obstante, a pesar de la elevada demanda, buscar activos no es una tarea fácil, en palabras de Michael Kavanau, Debt Advisor en JLL EMEA.

“Es complicado encontrar oportunidades inmobiliarias en los NPL. Las mejores operaciones son igual de difíciles de identificar que las de renta variable.

Sigue siendo un mercado opaco y de dimensiones enormes: siempre alberga oportunidades, pero podrían estar camufladas por activos menos atractivos”.

Sin embargo, dado el interés de los inversores, sigue habiendo operaciones, incluidas aquellas a manos de compradores en el mercado primario. Así, Värde Partners ha mostrado una gran actividad y ha trabajado con la gestora de crédito italiana Guber Banca en la adquisición de activos NPL inmobiliarios por valor de 734 millones de euros y otra cartera independiente de 1.400 millones de euros en Italia, un país donde la titulización de los NPLs a través del sistema GACS (concebido para incentivar a los bancos nacionales a vender sus activos improductivos) comenzó en 2016.

En Europa hay margen para más actividad

“Probablemente Francia en concreto, que cuenta con el segundo mayor volumen en Europa, empiece a vender NPL en los próximos meses”, prosigue Portes. “Es un mercado que debemos tener en cuenta”.

Según Portes, nuevos fondos de menor tamaño y especializados en NPL están entrando en el mercado y buscando activamente activos que puedan pasar a ser una plataforma de alquiler en el futuro. La formalización de nuevas joint ventures entre bancos y servicers de préstamos podría ser clave en los próximos años, a medida que países como Grecia y Chipre intensifiquen su actividad de venta de inmuebles. El Banco Nacional de Grecia vendió recientemente activos por valor de 900 millones de euros a Symbol Investment NPLCO DAC.

“En Europa, el mercado de los NPL ha evolucionado desde la venta de carteras de grandes dimensiones a la aparición de compradores de carteras más pequeños que buscan implantar estrategias para ponerlas a trabajar e incluso operar con entidades de menor tamaño todavía”, afirma Kavanau.

Esta tendencia está lejos de terminar y realmente podría continuar en el próximo ciclo inmobiliario.

“Los bancos europeos siguen tratando de deshacerse de los NPL en los comienzos de esta nueva década», concluye Kavanau. «Con el nuevo ciclo a la vista, casi parece que esta tendencia no terminará nunca”.

 

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