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¿Cómo serán las ciudades del futuro?

Las ciudades cambian y evolucionan gracias a los avances de la ciencia, la tecnología y la arquitectura. Veamos que tendencias nos esperan en las ciudades del futuro.

09 de octubre de 2015

Madrid, Londres, Nueva York, Tokio o Abu Dhabi son algunos ejemplos de grandes ciudades en el mundo. Ciudades que cambian y evolucionan gracias a los avances de la ciencia, la tecnología y la arquitectura. Disciplinas que se ponen a disposición de los grandes núcleos urbanos para favorecer la aparición de nuevos avances e infraestructuras que mejoran la calidad de vida de los urbanitas actuales y los que están por venir. En el artículo de hoy queremos hacer un repaso a algunas de las claves que marcarán las ciudades del futuro. También veremos cómo el imaginario colectivo y el cine nos adelantaron algunos avances que hoy en día ya son una realidad. El futuro ya está aquí.

CIUDADES AL SERVICIO DE LOS CIUDADANOS

La sostenibilidad, el tráfico y la seguridad son algunos de los desafíos de las grandes ciudades. Para algunos de ellos ya hay soluciones puestas en marcha pero otros aún tendrán que esperar.

1. Ciudades más verdes y ecológicas: la ecología se ha puesto de moda no solo entre algunos grupos de personas, también en las grandes ciudades donde asociaciones privadas y poderes públicos están favoreciendo la creación de grandes huertos urbanos. Un ejemplo de ello es la ciudad alemana de Andernach, conocida por muchos como la “ciudad comestible”. Esta ciudad es de las más antiguas de Alemania y desde hace unos años sus espacios públicos se han convertido en auténticos huertos urbanos a disposición de sus habitantes.

Otro ejemplo de expansión de los huertos urbanos es Madrid, ciudad que cuenta ya con más de 30 puntos de cultivo. Pero además de los huertos, la arquitectura está favoreciendo que muchos edificios se conviertan en espacios verdes perfectamente integrados con el entorno que les rodea. En este sentido, toparse con jardines verticales o tejados verdes ha dejado de ser una rareza para convertirse en algo cada vez más habitual.

2. Acabar con los problemas de movilidad: este quizás sea uno de los desafíos más urgentes en las grandes metrópolis por el caos que se produce en muchas ciudades a la hora de circular (quién no se ha pasado horas y horas en un atasco), el ruido y la contaminación que generan. Para ello ya se han puesto en marcha iniciativas basadas en la acción de compartir vehículo, una forma de mitigar el colapso de las vías de circulación y mitigar también el ruido y la contaminación. Pero aún así parece que esto no es suficiente. El coche eléctrico es otra alternativa para mejorar los niveles de contaminación y ruido en las ciudades. Este vehículo ya es una realidad pero su uso aún no está muy extendido.

En materia de movilidad nos encontramos otros avances que si bien hoy aún están lejos de convertirse en una realidad quizás en unas décadas lo sean. En este sentido hablamos del pavimento inteligente que a través de unos sensores permitirán la conducción autónoma o sin conductor de los vehículos. Empresas como Google ya están probando este tipo de tecnología que los expertos auguran aún tardará en llegar por deficiencias en materia de seguridad.

Las nuevas tecnologías y la nube también pueden facilitar mucho las cosas en materia de movilidad. La producción de vehículos conectados capaces de navegar por Internet permitirán el acceso a servicios que por ejemplo, nos permitirán conocer las vías con menos tráfico.

3. Ciudades que crecen hacia el cielo: los rascacielos ya son los reyes de las grandes ciudades pero aún tienen margen para extender su dominio. Las grandes ciudades dejarán de crecer a lo ancho para crecer a lo alto con edificios de hasta 1.000 metros de altitud y con una estructura muy bien definida. Los primeros pisos estarán destinados a residencias, los pisos intermedios estarán ocupado por jardines o parques y lo pisos superiores se destinarán a servicios como colegios, bibliotecas o teatros.

Edificios como estos ya son una realidad, tan solo es necesario dirigir la mirada hacía el imponente edificio de 1 km de altitud que se está construyendo en la ciudad de Jeddah, en Arabia Saudí. Este rascacielos contará con más de 500.000 metros cuadrados y contará con 107 pisos destinados a oficinas, residencias, hotel y hasta incluirá un observatorio para disfrutar de unas espectaculares vistas hacia el Mar Rojo.

4. Todo estará conectado: empezando por nuestros hogares, los cuales los podremos controlar gracias a Internet y a la generalización desde hace unos años de los smartphones. La creación de apps mediante las cuales controlar servicios como la calefacción, la luz o los accesos a la vivienda son cada vez más habituales.

Pero las ciudades también estarán conectadas y sensorizadas con el fin de convertirlas en lugares más habitables. Un ejemplo de ello lo encontramos en España y en concreto en Santander. Esta ciudad cántabra dispone de 12.000 sensores de medición que obtienen datos de CO2, ruido, humedad y nivel de tráfico. Gracias a esos sensores, los datos extraídos se pueden analizar, se pueden predecir situaciones y plantear soluciones a posibles problemas. Pero también, los ciudadanos de Santander cuentan con aplicaciones que les informan sobre el estado de los parkings de la ciudad en tiempo real, el estado de las playas, las paradas de taxis más cercanas o la ocupación de la bibliotecas.

EL CINE Y LAS CIUDADES DEL FUTURO

El cine ha dicho mucho sobre cómo serán las ciudades del futuro, en algunas cosas han acertado, pero en otras no. Veamos por ejemplo en qué acertó la película Regreso al futuro II, estrenada en el año 1989 y en la que sus protagonistas llegaban hasta el año 2015 en una máquina del tiempo.

Empezamos por el famoso aeropatín que utilizó Marty McFly para escapar de los malvados de la película en la plaza Hill Valley. En pleno año 2015 aún no está generalizado este medio de transporte pero hay varios proyectos en marcha para idear el monopatín sin ruedas. Igualmente, según esta película en el 2015 ya no tendríamos carreteras y los coches volarían. Una idea que también se refleja en la mítica película Blade Runner dirigida por Ridley Scott, estrenada en 1982 y ambientada en el año 2019. Un avance que a la vista de todos está muy lejos de ser real. Otra equivocación tiene como protagonista el fax, un artilugio que nos parece del siglo pasado y que adquirió protagonismo en la segunda secuela de Regreso al futuro.

Pero si en algo acertó este gran clásico del cine de finales de los ochenta fue en prever prendas de ropa con conexión a Internet, aunque su uso no está muy extendido son ya una realidad. También, en la película se muestran videoconferencias, pura ciencia ficción en aquellos momentos, pero una realidad muy interiorizada en la actualidad. ¡Skype es parte de nuestro día a día!

El cine 3D y unas gafas que permiten responden al teléfono al estilo Google Glass fueron otras ideas que se mostraron en este película y que han llegado hasta nuestros días.

Antes hemos mencionado la película Blade Runner y es que este otro clásico del cine también adelantó con menor o mayor acierto cómo serían las ciudades del futuro. Por ejemplo a nivel de arquitectura, el filme de Ridley Scott preveía grandes edificios y estructuras que en algunos casos vencen a la ley de la gravedad. Edificios de gran tamaño que hoy por hoy ya los hay y otros que vienen en camino. En Blade Runner no se perciben parques ni jardines, solo edificios y una ciudad muy oscura, una equivocación que se solventa al final del filme ya que, si por algo se caracterizan las ciudades actuales es por una preocupación creciente por la conservación del entorno que nos rodea.

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