Sostenibles y más humanas: así serán las naves logísticas del futuro
¿Cómo serán las naves logísticas del futuro y dónde se ubicarán?
“A mayor tecnología, mayor necesidad habrá de trabajadores cualificados que supervisen el proceso de producción”
Las naves logísticas se están adaptando a pasos agigantados a las últimas tendencias globales en materia de construcción, operatividad y diseño. Según el informe de JLL “Naves logísticas del futuro” podemos distinguir cuatro megatendencias, que serán los principales impulsores de los cambios que veremos en estos activos a medio y largo plazo.
Mayor foco en las personas
Según datos de la ONU, el envejecimiento de la población ya es una realidad en prácticamente todos los países. Se espera que la media de edad pase de 30,9 años en 2020 a 33,0 años en 2030.
En paralelo, el crecimiento de la población mundial irá a un ritmo más lento en los próximos años, con un aumento previsto de 7.700 millones en 2019 a 8.500 millones en 2030. De hecho, la ONU estima que los habitantes de Europa se reducirán de 747,6 millones de habitantes en 2020 a 734,7 millones en 2030. Concretamente, algunos países como Rusia, Alemania, Italia, Polonia España empezarán la década de 2030 registrando menos habitantes que en 2020, lo que, sin duda, influirá en la fuerza de trabajo disponible para el sector de la logística y el transporte.
“En el futuro puede haber una escasez en la mano de obra, lo que impulsará la presencia de robots y la automatización de los procesos en las naves. No obstante, a mayor tecnología, mayor necesidad habrá de trabajadores cualificados que supervisen el proceso de producción y entrega. Esta situación, junto con la necesidad de atraer y retener la fuerza de trabajo, obligará a promotores, inversores y operadores a mejorar las condiciones de los almacenes y a ofrecer una variedad de servicios a los trabajadores” afirma Pere Morcillo, Director del área de Industrial & Logística de JLL España.
Más automatización, robots y logística smart
Lo cierto es que las innovaciones tecnológicas están avanzando rápidamente en el sector y están desafiando el diseño y la ubicación de los activos que ya están en el mercado.
Por un lado, la inteligencia artificial (IA) impulsa la automatización, el uso de máquinas autónomas, los robots y los "almacenes inteligentes", que cada vez más operan en un entorno único e interconectado.
Por su parte, el Internet de las Cosas (IoT) proporciona la base para para disponer de unas naves smart. Combinado con el big data, el IoT tiene el potencial de mejorar las operaciones de un almacén, así como su productividad. Un ejemplo puede ser la utilización más eficiente de las instalaciones según datos en tiempo real de su ocupación espacio-temporal o la minimización de los riesgos para los trabajadores.
La impresión 3D es otra de las áreas que está pisando fuerte en el mercado logístico, aunque, en el futuro, su peso será mucho más significativo en algunas industrias que en otras. Una de las tendencias que posiblemente irá al alza será la reducción del stock que necesiten almacenar ciertas empresas. Se trata, sobre todo, de artículos con una menor rotación que se podrían imprimir según las necesidades del cliente en lugar de almacenarlos en las naves.
Naves logísticas con varias plantas
La urbanización es una de las causas detrás de la aparición, hace relativamente poco, del concepto de la logística urbana, que goza de un creciente interés por parte de inquilinos, promotores e inversores. Aunque algunos expertos han apuntado a que el COVID-19 podría ralentizar su evolución, se espera que el continuo crecimiento de la población en las ciudades ayude a que esta tendencia perdure en el tiempo. También contribuirá a eso el crecimiento del segmento de las compras online, en el que destaca especialmente la alimentación, que requiere ejecutar los pedidos de forma muy ágil.
En palabras de Morcillo, “en el futuro, el reto para los operadores logísticos será precisamente ése: buscar las instalaciones idóneas dentro de las ciudades y sus alrededores, que les permitan atender a sus clientes de manera eficiente y cada vez más rápido”.
Mientras, para los promotores e inversores, la futura dinámica de la demanda y la oferta logística en muchas ciudades será muy favorable, ya que las naves urbanas pueden ofrecer unas rentabilidades mayores que los activos más grandes (big-boxes) ubicados fuera de las ciudades.
“Así las cosas, en ciertas ciudades europeas, en las que la disponibilidad de suelo industrial es particularmente limitada, se desarrollarán edificios de varios niveles o plantas” vaticina Morcillo.
Más sostenibles
La sostenibilidad plantea enormes desafíos en cuanto a la estrategia de descarbonización de la economía e impulsará cambios en el diseño y las características de los almacenes logísticos.
“Durante los próximos 5 o 10 años, podemos anticipar una creciente demanda de naves “verdes”, incluso de activos que han reducido sus emisiones de carbono a cero, como consecuencia del compromiso que asumen cada vez más empresas de ser sostenibles en sus lugares de trabajo y en su actividad“ confirma Morcillo.
Con el tiempo, el concepto de sostenibilidad se ha ampliado para abarcar no sólo cuestiones ambientales, sino también otras asuntos sociales y factores de gobernanza (factores ESG). En este contexto, hay un incipiente interés por parte de algunos promotores e inversores en el desarrollo de inmuebles logísticos, que proporcionan una mejora en la construcción y en las condiciones del activo. Éstos repercuten positivamente en el bienestar de los trabajadores y también ofrecen oportunidades de integrarse en la comunidad local a los operadores que los ocupan. Dicha tendencia refleja en gran medida el creciente desafío al que se enfrentan las empresas de atraer y retener la mano de obra necesaria para operar sus naves.
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