Creando impacto ambiental y social a través del entorno construido

Si bien la urgente necesidad de acelerar la transición hacia el cero neto es una prioridad imperiosa para inversores inmobiliarios, promotores y ocupantes corporativos, es igualmente crucial tener en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible más amplios.

Abordar las consideraciones "S" (sociales) junto con las "E" (medioambientales, environmental en inglés) es una oportunidad única para maximizar la rentabilidad de la inversión y preparar los activos para el futuro, al tiempo que se consigue un cambio positivo duradero para las comunidades y las ciudades en las que las empresas operan e invierten.

¿Qué es el valor social?

La falta de una definición clara y la dificultad de medir los impactos explican en parte por qué el pilar social ha quedado rezagado en comparación con el pilar ambiental. Para JLL, el valor social del entorno construido consiste en crear un impacto social positivo y duradero a lo largo del ciclo de vida de la propiedad inmobiliaria para cada parte interesada que interactúa en y con los espacios.

Las empresas deberían adoptar un enfoque holístico a la hora de formular sus estrategias inmobiliarias ESG y abordar los 7 aspectos del valor social identificados en nuestra investigación junto con sus objetivos medioambientales y de gobernanza: salud y bienestar; compromiso con la comunidad; objetivos de carbono neto cero; diversidad, equidad e inclusión; empleo y competencias; contratación responsable y naturaleza y biodiversidad.

¿Cómo puede lograrse un impacto social positivo a través del sector inmobiliario?

Las organizaciones reconocen que tienen la responsabilidad de actuar de acuerdo con sus compromisos de ESG y sus objetivos de valor social. A pesar de que existe un consenso notable sobre las prioridades de valor social, los responsables de la toma de decisiones en las empresas tienen menos certeza acerca de cómo pueden lograr estas prioridades.

Al tomar hoy decisiones inteligentes sobre la adquisición, el diseño y el uso de sus activos, los propietarios, promotores y ocupantes de propiedades inmobiliarias pueden mitigar los riesgos futuros, aportar cambios positivos y lograr un crecimiento sostenible, más allá del rendimiento financiero.

Traduciendo las ambiciones de ESG en estrategias concretas

Convertir las ambiciones de sostenibilidad en estrategias concretas es el desafío más importante al que se enfrentan las organizaciones hoy en día. Al evaluar prioridades y tomar decisiones, es importante que las empresas consideren los objetivos ambientales y sociales de manera conjunta y que ponderen los compromisos. Solo así podrán demostrar mejor tanto el impacto como el retorno de inversión que generan sus actividades de valor ambiental y social. JLL cree que solo un enfoque integrado y orientado a un propósito en ESG puede generar valor a largo plazo e impacto neto positivo para todos los interesados del entorno construido.

Acerca de nuestro informe

Hemos realizado una encuesta en 12 países de todo el mundo a más de 800 responsables de la toma de decisiones corporativas:

• El 35% de los encuestados pertenecen a organizaciones con más de 10.000 empleados
• El 54% de los encuestados tiene un rol con alcance global
• El 76% está familiarizado con la autoridad/influencia directa en la toma de decisiones sobre activos inmobiliarios corporativos y el 84% sobre la estrategia de ESG

Las organizaciones categorizadas como “líderes del mercado” se encuentran entre las más consolidadas de nuestra encuesta (con una puntuación superior a 71 puntos). Muestran la clara ambición de impulsar el valor social a través de sus propiedades inmobiliarias y ya han implantado objetivos específicos de valor social. La reducción de las emisiones de carbono, además, ya forma parte de su estrategia de sostenibilidad corporativa o de su estrategia inmobiliaria empresarial. Descarga nuestro informe para conocer todos los detalles.