Visión

¿Es la oficina un espacio más social que nunca?

En el último artículo de nuestra serie One Voice, Guzmán de Yarza Blache, Head of Workplace Strategy de JLL en la región de EMEA, analiza la naturaleza cambiante de los lugares de trabajo.

13 de septiembre de 2022

Desde luego, ese parece ser el camino a medida que evoluciona el trabajo híbrido, aunque sin olvidarnos de mantener un alto rendimiento en el lugar de trabajo.

Implantar un sentimiento de pertenencia y la percepción de la marca o promover el intercambio de conocimiento entre los empleados son solo algunos de los elementos a considerar por las empresas con plantillas híbridas. Otros retos fundamentales a los que se enfrentan nuestros clientes en la actualidad son la salud mental y la soledad de los trabajadores. El componente demográfico en el lugar de trabajo es también importante, especialmente para las empresas que priorizan la Diversidad y la Inclusión, ya que determinados colectivos podrían estar más predispuestos que otros a acudir al lugar de trabajo.

Teniendo en cuenta todo esto, hacer que el lugar de trabajo sea más social e interactivo puede ayudar a abordar y resolver los desafíos. Uno de nuestros clientes, una exitosa empresa tecnológica de Barcelona, nos comentó que las reuniones de los viernes por la tarde son el mejor momento de la semana. En este caso, un componente clave resultó ser una auténtica barra con bebidas y sofás en un espacio flexible, que puede destinarse a otros usos a lo largo de la semana.

Alentar la innovación, la felicidad o el interés, simplemente porque las personas quieren estar juntas, puede provocarse con delicadeza mediante una serendipia orquestada, oxímoron, muy de moda en la actualidad.

Cada vez son más numerosas las empresas que organizan actividades para crear comunidad, eventos con ponentes, talleres o comidas de equipo que ayudan a los distintos departamentos a conocerse entre sí.

El resultado puede parecerse al de un selecto club de socios, con zonas de coworking, complementadas con ofertas de catering in situ, gimnasios bien equipados e incluso un espacio para celebraciones. En otras palabras, un lugar en el que las personas realmente quieran estar y que brinde experiencias fuera de lo común.

Una nueva necesidad de servicios en el lugar de trabajo

En un reciente estudio de JLL, el 63% de los empleados afirmaron que socializar es una de las principales razones para acudir a la oficina, mientras que el 47% destacó el intercambio de ideas entre los miembros del equipo*. Esto apunta a una nueva necesidad de equipamiento social en el lugar de trabajo que debe originarse en una estrategia global para el lugar de trabajo que comprenda las necesidades y los puntos débiles de la empresa, su visión y, sobre todo, las preferencias de los empleados. Comprobar el uso diario del espacio, por ejemplo, puede indicar si ciertos departamentos pasan suficiente tiempo juntos de manera presencial. A partir de ahí, se puede definir la ubicación, el edificio, el equipamiento y los servicios necesarios.

Atender al bienestar físico y mental de los empleados no significa que todas las oficinas necesiten un gimnasio. Las iniciativas de bienestar con un impacto adecuado —ya sean programas de orientación e incorporación, clubes de actividades o un lugar de trabajo diseñado para fomentar la movilidad— dependen de la cultura de la empresa y de los perfiles de los empleados.

No obstante, un servicio que resulta beneficioso en todos los casos es la comida saludable.

Algunas de las principales empresas tecnológicas invierten entre 3.000 y 5.000 dólares por empleado al año en ofrecer comida gratis o con grandes descuentos. Esto fomenta un estilo de vida saludable y los empleados ahorran tiempo y dinero al no tener que salir a comer. Pero, sobre todo, puede crear un vínculo social en torno a la comida. 

Una cantina sofisticada,  confortable y con comida variada ejerce de atractivo para que la gente coma en compañía, lo que potencia las relaciones y sirve para compartir conocimientos. Además, la comida tiene un componente cultural, ya que forma parte de lo que define la filosofía de cualquier lugar de trabajo.

Mantener un rendimiento elevado

No olvidemos que, si bien es importante fomentar la interacción social, el lugar de trabajo debe mantener un equilibrio de espacios que permitan la concentración y una alta productividad.

Una oficina bien diseñada debe garantizar que las actividades no interfieran entre sí y debe tener zonas de concentración separadas de los espacios más colaborativos y las reuniones sociales.

Más de cara al futuro, también señalaría que el lugar de trabajo puede hacerse aún más abierto y se convierta en un lugar en el que no solo los empleados, sino un ecosistema más amplio de socios, consultores y clientes de una empresa pueda utilizar libremente el espacio. Abrir los entornos de las oficinas a personas ajenas a ellas puede ser positivo para generar flexibilidad y resiliencia y ayudar a que estos espacios sean más diversos e inclusivos para todos.

Un lugar de trabajo más social puede estimular la innovación, la vida en comunidad y el compromiso. Aunque hay quien pueda cuestionar este enfoque, creo que no corremos el riesgo de que las oficinas se vuelvan demasiado sociales. Intentar crear un entorno atractivo que atraiga a las personas y ofrezca oportunidades de establecer contactos ha sido durante mucho tiempo la norma de los clubes sociales; ¿por qué debería ser diferente en el lugar de trabajo?

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*Fuente: Global Benchmarking 2022 Report