Las bibliotecas más bonitas del mundo
En este post, recorremos la geografía mundial y os contamos cuáles son las bibliotecas más bonitas del mundo. ¡Apuntadlas en vuestros planning de viajes!
Son consideradas las bibliotecas más bonitas del mundo. Hospedan sabiduría pero también silencio y tranquilidad, además de ser el refugio de inquietos intelectuales también son lugar de peregrinaje de curiosos turistas. En este post, recorremos la geografía mundial y os contamos cuáles son algunas de ellas para que estén presentes en vuestros planning de viaje si visitáis alguna de las ciudades que las albergan.
Biblioteca del Trinity College, Dublín
El Trinity College es una de la niña bonita de las escuelas más distinguidas de la Universidad de Dublín, la más antigua de Irlanda. Fue fundada por Isabel I en el lugar de un antiguo monasterio y, sin duda, una de las paradas obligatorias en su visita es la de su imponente biblioteca.
Además de albergar el Libro de Kells o Gran Evangeliario de San Columba, la pieza principal del cristianismo Celta, reúne miles y miles de libros dispuestos en estanterías que resulta imposible no recorrer. Es un buen punto de partida para conocer el resto de la ciudad y es un lugar en el que empaparse de la cultura irlandesa.
Pese a que la planta de abajo siempre está llena de turistas buscando entre sus vitrinas el Libro de Kells, la primera planta es todo un remanso de paz en el que poder encontrar desde manuscritos antiguos hasta bustos de personajes como Aristóteles, Sócrates o Newton que custodian su pasillo central. Por suerte, no son los únicos que custodian la biblioteca ya que personas encargadas del control de acceso a ella, impiden que grandes concentraciones de turistas rompan la magia de la tranquilidad que se guarda entre sus paredes.
Biblioteca George Peabody de The Johns Hopkins University, Baltimore
Anteriormente conocida como la biblioteca del Instituto Peabody, se podría describir como el templo de los libros. Fue construida a finales del siglo XIX como una biblioteca de investigación que hoy pertenece la Universidad The Johns Hopkins.
Le debe su nombre al filántropo que la creó, George Peabody. Entre sus estanterías hay repartidos 300.000 libros recogidos en un marco de ensueño, uno de los edificios, diseñados para cobijar una biblioteca, más bonitos del mundo. Los arquitectos la describen como la catedral de los libros por su exquisito estilo y decoración. Como curiosidad tenemos que contaros que tan grande es el atractivo que existe por esta biblioteca que hoy en día se utiliza para celebrar bodas de las parejas más adineradas.
Biblioteca Central de Seattle, Estados Unidos
Con nada más y nada menos que sus 56 metros de altura distribuidos en 11 plantas, y con 34.000 metros cuadrados de superficie, esta biblioteca guarda en su interior más de 1 millón 450.000 libros. Dos millones de personas visitaron la biblioteca en su primer año de apertura, 2004, y se convirtió desde los primeros días de su edificación en un edificio referente en el sector de la arquitectura y del diseño interior.
Su espectacular fachada y la imponente belleza de su sala de estar principal han convertido a esta biblioteca en un icono de Seattle, y como tal, en centro de peregrinación de turistas que les han robado protagonismo en ella a estudiantes e investigadores. Paul Goldberger, crítico del The New Yorker comentó que se trataba de “la nueva biblioteca más importante que se construirá en una generación, y la más estimulante” Tanto es así, que la construcción ha llegado a ganar numerosos premios, incluyendo el Premio de Platino de la ACEC y el Premio de Arquitectura National AIA 2005.
Biblioteca Municipal de Stuttgart, Alemania
Podríamos describirla con tan solo tres palabras: una maravilla arquitectónica. Y lo es, lo es tanto por fuera como por dentro. Desde el exterior sorprende su forma de cubo de Rubik en dos colores, y una vez dentro, asombra su distribución y su diseño en el que prima el color blanco y el minimalismo absoluto.
Es una de las bibliotecas más innovadoras del mundo. Su arquitecto, el coreano Eun Young Yi, quiso construir un nuevo concepto de biblioteca en el que el diseño arquitectónico no robara protagonismo a los libros aunque sí tuviera el mismo que ellos. No sabemos si lo ha conseguido puesto que, además de ser uno de los edificios más visitados de la ciudad, se ha convertido en centro cultural en el que, además de pasar largos ratos de lectura, se realizan firmas de libros y exhibiciones.
Biblioteca del Monasterio de Strahov, Praga
Esta biblioteca es otro concepto de los explicados hasta ahora. Se trata de una biblioteca que data de los años 1671-1674. Aunque bien podría ser un museo de arte o una prestigiosa pinacoteca por los techos de sus salas de lectura adornados con frescos, es una de las bibliotecas más valiosas y mejor conservadas de fondo antiguo. Cuenta con dos salones, el Salón Teológico y el Salón Filosófico. En el primero, el más antiguo, se encuentran almacenados 200.000 volúmenes entre los que se encuentran 3.000 manuscritos y 1.500 incunables guardados en un depósito especial para preservar su seguridad.
Pese a que está permitida la entrada a sus salas de lectura, es una de las bibliotecas que más apuesta por la conservación de los libros de incalculable valor que contiene y por respetar la finalidad con la que fue construida hace más de 340 años, la de encontrar la paz refugiados en las páginas de cualquiera de sus volúmenes.
Biblioteca del Monasterio de Admont, Austria
Esta biblioteca guarda un sorprendente parecido con la biblioteca del Monasterio de Strahov. Datan casi de la misma fecha, ésta fue construida tan solo 10 años después, sus techos han sido decorados con frescos solemnes y ambas almacenan 200.000 volúmenes entre los que se encuentran manuscritos e incunables.
Pero sus dimensiones son las que la hacen única. Sus 70 metros de largo, 14 metros de ancho y 13 metros de altura le han hecho ser valiosa de recibir el título de la biblioteca monacal más grande del mundo. Además, entre tanta riqueza literaria y filosófica, esta biblioteca guarda un tesoro: la conocida como Biblia de Admont o manuscrito iluminado.
Es difícil entrar en ella y mantener la boca cerrada ante tanta belleza artística.
Biblioteca del museo Rijksmuseum de Amsterdam, Holanda
Considerando que esta biblioteca está enclavada en el museo más importante de Holanda, el Rijksmuseum, cabe pensar que también se llena de turistas todos los días del año. Esta biblioteca es de esas que se han diseñado y construido para su mera contemplación. Se le conoce como la biblioteca de Cuypers ya que fue él quien la construyó y, aunque sufrió una renovación de 10 años, ha vuelto a su estado original: estanterías y estanterías repletas de libros y largas escaleras de caracol que nos hacen sentirnos por momentos en Hogwarts.
Turistas, estudiantes e historiadores de arte se dan cita aquí para disfrutar de su impresionante pero tranquila apariencia sabiéndose privilegiados de poder disfrutar de la biblioteca más grande y antigua de Holanda.
Biblioteca del Parlamento de Ottawa, Canadá
Inspirada en la sala de lectura del Museo Británico, la biblioteca del Parlamento de Ottawa es un hito del país. Así lo demuestra el billete de dólar canadiense en el que es protagonista. La sala de lectura principal tiene un techo abovedado que complementa las paredes y las columnas de pino blanco con tallas de gran detalle y con faros distribuidos simétricamente a lo largo de toda la sala. La colección de la Biblioteca se compone de más de 600.000 artículos que se encargan de custodiar 300 empleados.
Como resulta lógico pensar, el acceso a la instalación se restringe generalmente por la actividad parlamentaria de Canadá, pero las visitas de los turistas son frecuentes en ella. Son sin duda las bibliotecas más bonitas del mundo en las que parece imposible concentrarse en la lectura y no evadirse ante tanta belleza.
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Imágenes de Pixabay.