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¿Cómo nos afectan los colores de nuestro lugar de trabajo?

La productividad de un lugar de trabajo no solo depende de los trabajadores, la decoración del entorno también afecta a nuestro rendimiento.

16 de febrero de 2021

La productividad en un lugar de trabajo no depende exclusivamente de la dedicación del trabajador o de sus esfuerzos para llevar a buen puerto sus tareas. Hay muchos factores que influyen en el buen rendimiento de un equipo de personas. La luz, los espacios abiertos, la organización y la distribución del espacio entre muchos factores son claves para conseguir mejorar el bienestar de los empleados y los resultados de una empresa.

Por ejemplo, es sabido que una buena luz puede aportar mucha energía y ayuda a reducir el cansancio. En cambio si la iluminación falla, el estado de ánimo puede verse afectado. Además de la luz, otro de los factores que más afecta a la productividad de un grupo de personas son los colores. Por esa razón, estos deben de ser escogidos a conciencia y combinados de manera que se encuentre el equilibrio perfecto entre motivación y calma. Una tarea aparentemente sencilla en torno a la cual cada vez aparecen más investigaciones y a la que psicólogos y diseñadores dedican muchos esfuerzos. 

La forma en que vemos los colores, cómo nos sentimos respecto a ellos y cómo nos hacen actuar, depende de la situación y el lugar y está moldeada por nuestra personalidad y estado mental. Tanto es así que un estudio de los psicólogos Cockerill y Miller en los años 80 descubrió que la productividad, la velocidad y la atención al detalle de los niños participantes en el experimento aumentaban cuando llevaban gafas con los cristales teñidos de su color favorito. 

Aunque puede que esta opción no sea viable para muchos espacios de oficina compartidos (o para los amantes de la moda), adoptar un enfoque adaptado de la psicología del color nos permite moldear nuestros espacios de trabajo a las sensibilidades específicas de los trabajadores.

Veamos ahora con más detalle algunas connotaciones de nuestra paleta de colores y cómo pueden afectarnos en nuestro trabajo.

Colores cálidos

Gracias a muchos estudios en torno al mundo de color se sabe que los colores cálidos tienden a ser alegres y a fomentar el buen rollo en un equipo de trabajo. Sin embargo, no son nada relajantes y un exceso de ellos puede provocar que los empleados se sientan acalorados, agitados y se distraigan más fácilmente. Dentro de los colores cálidos destacamos:

Naranja: nos mantiene positivos y llenos de entusiasmo. Invitan a la interacción y fomentan el trabajo en equipo.

Amarillo: favorece la creatividad. Su utilización es muy recomendable en salas de reuniones o de team building. Es el color favorito de las agencias creativas.

Rojo: debemos tener mucho cuidado con este color. Aunque nos ayuda a mantener el nivel de energía, un exceso de este puede provocarnos mucho estrés en el lugar de trabajo.

Colores Fríos

En cuanto a los colores fríos, nos ayudan a crear una sensación de espacio y calma. También nos permiten estar más enfocados en nuestras tareas y favorecen la creación de entornos tranquilos, lo que nos permite ser más productivos. Algunos de estos colores son:

Azul: es el color de la paz y la tranquilidad. Ayuda a generar confianza entre los miembros de un equipo. En entornos de mucho trabajo y deadlines ayuda a mantener una actitud serena, relajante y reflexiva.

Verde: es el color de la esperanza por excelencia. Inspira confianza y es muy utilizado por las startups. Es un color que implica seguridad y ayuda a generar paz en el equipo.

Púrpura: ayuda a estimular la creatividad en un grupo de trabajo. También permite generar un ambiente positivo y disfrutar con más intensidad los buenos momentos.

Colores neutros, blanco y negro

Veamos ahora lo que pueden inspirarnos colores como el blanco o el negro:

Blanco: es un color que transmite elegancia y profesionalidad, sin embargo no genera ningún tipo de sensación que nos ayude a mejorar el rendimiento dentro de una empresa.

Negro y gris: los colores oscuros como el negro y el gris denotan poder y capacidad. Deben utilizarse en cantidades pequeñas y en espacios donde no se permanezca mucho tiempo ya que pueden generar agobio y frustración.

¿Cómo combinar los colores de forma efectiva en el trabajo?

A la hora de combinar o crear una paleta de colores para un espacio de trabajo es fundamental saber cómo equilibrar los colores. Podríamos elegir un color frío para las paredes de las salas de trabajo como el púrpura, que además fomenta la creatividad. Utilizar algún tono cálido como el amarillo para zonas en las que se trabaja en equipo o incluso para salas de reuniones donde tengamos que diseñar ideas para un negocio o proyecto.

Además es importante tener en cuenta las preferencias de los empleados y evitar aquellos colores que pueden provocar sensaciones negativas por temas personales.

Muchos ambientes de trabajo apuestan ahora por permitir a los empleados decorar sus propios espacios de trabajo personal, una tendencia cada vez más en auge en espacios abiertos y amplios con posibilidades de personalización.

Como con la mayoría de las cosas, la combinación de colores para disponer de un espacio de trabajo verdaderamente estimulante debe basarse en la moderación y la atención. La psicología del color es, en muchos niveles, intuitiva. Nuestra reacción a cualquier color es instintiva y es producto de causas biológicas, psicológicas y culturales, por lo que siempre debemos priorizar las tonalidades que más armonizan entre sí, en detrimento de los colores agresivos o las combinaciones monótonas.

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