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El futuro del mercado inmobiliario: flexibilidad, tecnología y transformación

Borja Basa analiza por qué el sector inmobiliario corporativo se encuentra en un punto de inflexión que sentará las bases para una transformación significativa en los próximos años.

22 de abril de 2025

Tras un lustro marcado por una serie de retos de alcance global como la crisis sanitaria y las turbulencias geopolíticas y económicas más recientes, se han consolidado ya tendencias preexistentes en el mundo laboral y el uso de espacios, que desafían la capacidad de adaptación de este mercado. El sector inmobiliario corporativo se encuentra, por tanto, en un punto de inflexión que sentará las bases para una transformación significativa en los próximos años.

Aquellas compañías que sean capaces de adoptar la flexibilidad para lograr un crecimiento equilibrado y sostenido en el tiempo, realizar inversiones estratégicas en tecnología y datos y potenciar el trabajo de los responsables de la cartera inmobiliaria se erigirán como verdaderos ganadores en este nuevo paradigma inmobiliario.

Para entender este aspecto merece la pena entender cómo hemos llegado a este punto de inflexión.

En primer lugar, la era post-híbrida está obligando a los responsables inmobiliarios a replantearse sus estrategias de cartera. Con la estabilización de las políticas de teletrabajo, se ha consolidado un nuevo estándar: tres o cuatro días de trabajo presencial para la mayoría de los empleados e industrias. Esta realidad plantea una pregunta muy relevante: ¿cómo equilibrar el espacio de oficinas que las compañías necesitan hoy con las expectativas de crecimiento del mañana?

Nosotros dividimos a las empresas en dos grupos principales: los "defensores de la oficina" y los "promotores del modelo híbrido". Curiosamente, a pesar de la prevalencia del trabajo híbrido, un número significativo de organizaciones prevé un aumento de los días en los que sus empleados irán a la oficina en un futuro próximo. Esta tendencia podría impulsar una expansión de su cartera de activos –bien en propiedad o en alquiler–, lo que pone de manifiesto la importancia de adoptar un enfoque flexible que permita un crecimiento sostenido en el tiempo.

Pero no sólo debemos entender cuánto van a la oficina los trabajadores, sino también cómo vamos, es decir, de qué manera organizamos nuestras jornadas allí. La experiencia de los empleados es, cada vez más, un factor fundamental en el diseño del lugar de trabajo y es imprescindible crear entornos que fomenten el aprendizaje, la colaboración y el bienestar personal, además de facilitar la realización de las tareas diarias.

Este cambio de enfoque tiene un impacto muy relevante en las decisiones sobre los activos inmobiliarios de las empresas, tanto desde el punto de vista del diseño como de la ubicación, que es asimismo fundamental para atraer y retener talento. En este sentido, es clave la colaboración con los departamentos de recursos humanos dado que cada vez más organizaciones reconocen la relevancia del entorno físico como un apoyo más a la cultura corporativa y los procesos de contratación.

La tecnología como ventaja competitiva

La segunda tendencia clave es la transformación del lugar de trabajo a través de la inteligencia artificial (IA) y los datos. Aunque la mayoría de las organizaciones se encuentran en las primeras etapas de esta revolución, el potencial es enorme. La inteligencia artificial promete revolucionar desde las decisiones en la composición y ubicación el portfolio inmobiliario como la gestión diaria de las oficinas, pero su éxito depende en gran medida de la disponibilidad de los datos y de cómo podamos solventar la falta de suficiente conocimiento en este campo.

Sin embargo, hay aspectos que invitan al optimismo: tenemos una disponibilidad de sensores y tecnologías de recopilación de datos nunca antes vista que proporcionan un conocimiento sin precedentes del uso y rendimiento del componente inmobiliario. Las herramientas avanzadas de análisis y visualización de datos permiten a las empresas tomar decisiones más informadas sobre el uso del espacio, su mantenimiento y las posibles inversiones. Esta revolución en materia de datos requiere de una estrecha colaboración entre las áreas inmobiliarias y tecnológicas de las empresas, entre otras, para garantizar un funcionamiento óptimo y apoyar de la mejor forma las necesidades de los empleados.

La transformación del papel de los responsables inmobiliarios

Para moverse en este horizonte de retos, la transformación del liderazgo y las funciones que ejercen los responsables de carteras inmobiliarias es imprescindible: desde experiencia en transacciones inmobiliarias y gestión de proyectos hasta pensamiento estratégico y capacidades financieras y tecnológicas, estos perfiles deben ganar aún mayor peso y papel estratégico. En el lado de los usuarios inmobiliarios, esto requerirá poner el foco en programas de formación y desarrollo para dar respuesta a estas nuevas necesidades y consolidar el posicionamiento del sector inmobiliario como un área atractiva para el desarrollo y el crecimiento profesional. 

*Artículo publicado originalmente en Eje Prime

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