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Un diseño percibido con los cinco sentidos

Las necesidades de seguridad psicológica y física están impulsando nuevas corrientes de diseño enfocadas en la sensorialidad.

17 de noviembre de 2020

Desde ciertos colores de pintura, pasando por sonidos que desencadenan una sobrecarga sensorial, hasta las alturas de las cajas registradoras, el diseño de los edificios modernos tiene como objetivo adaptarse a las necesidades de todo el mundo.

Pero como tantas otras cosas, COVID-19 está reescribiendo las reglas de juego. Los arquitectos y diseñadores deben dar una respuesta rápida a los nuevos temas de seguridad, tanto en términos de salud mental como física. ¿Son los pasillos demasiado estrechos para el distanciamiento social? ¿El olor a lejía y otros desinfectantes es demasiado fuerte? ¿Hay suficiente espacio en la acera para poder sentarse fuera?

"Estos días el diseño viene impulsado por una variedad de temas y preocupaciones", dice Amy Sjursen, Directora de Arquitectura de Big Red Rooster, empresa propiedad de JLL. "La dinámica de cómo las personas hacen las cosas y cómo interactuamos con el espacio ha cambiado en muy poco tiempo y lo seguirá haciendo."

Para los diseñadores y arquitectos e incluso para la sociedad en general, esta situación ha dado un giro al concepto de la inclusión a través del diseño. "Actualmente estamos diseñando para cubrir un abanico de criterios más amplio", dice Sjursen. "También está la parte social y emocional. Debemos tener en cuenta cómo las personas perciben el espacio y los sentidos."

Empatía, inclusión y diseño

Diseñar edificios y espacios públicos que funcionen para todos, independientemente de sus necesidades, se ha convertido en una prioridad en las últimas tres décadas.

En 1990 el Acta de Americanos con Discapacidades (ADA) obligó a los diseñadores a prestar atención a la forma en que las personas interactúan con el entorno dentro y fuera de los edificios para garantizar que todos pudieran tener experiencias similares. La regulación generó todo tipo de nuevas ideas en torno al concepto de diseñar con empatía.

"Lo que comenzó con rampas para personas en sillas de ruedas o con señales en braille en los ascensores para los invidentes se ha transformado en una visión mucho más amplia sobre el concepto de la empatía en el diseño", dice Sjursen. La experta lo resume de esta manera: "¿cómo podemos aplicar un enfoque holístico que anticipe la experiencia de los demás y cree un entorno que responda a las necesidades emocionales y físicas de todos?"

COVID-19 está destinado a ser la próxima evolución en este ámbito del diseño. No hay que olvidar que esta pandemia acaba de empezar y hay mucha incertidumbre respecto a cómo tomar decisiones a largo plazo sobre espacios que perdurarán décadas, dado que las regulaciones y los códigos de construcción cambian a menudo. A día de hoy, seguimos sin tener certeza sobre la anchura que deben tener los pasillos o la cantidad de sitios exteriores de los que pueden disponer los restaurantes y los bares. No obstante, sí podemos hablar de algunos de los problemas de seguridad física y accesibilidad, que han surgido a raíz de la aparición del virus.

Un diseño para los sentidos

Según Sjursen, la seguridad psicológica que transmite el diseño se basará mucho más en la experiencia sensorial. Por ejemplo, la limpieza y desinfección frecuentes de una tienda podrían desencadenar una cadena de emociones incómodas que impulsen al consumidor a irse para no volver. O una persona podría estar en un gimnasio y sentirse insegura debido a la ventilación o a problemas de espacio, a pesar de que la empresa siga todos los protocolos de seguridad establecidos. Y también están las mamparas de plexiglás, las modificaciones en los accesos, la señalización y otras precauciones que llaman la atención sobre lo mucho que han cambiado las cosas.

Es evidente que los diferentes sectores se adaptarán de forma diferente y con distintos niveles de urgencia. El de oficinas, por ejemplo, se ha centrado en mantener a los empleados físicamente seguros. Los comercios minoristas, restaurantes y otros servicios y negocios esenciales también han tenido que adaptarse rápidamente. Aun así, los arquitectos ya se plantean que casi todos los espacios públicos tendrán que ser repensados y rediseñados teniendo en cuenta la seguridad psicológica y física.

"Basta con echar un vistazo al sector del entretenimiento. Incluso la forma en que la gente vive la música y los conciertos están cambiando con el concepto de las plataformas individuales (pods)", dice Sjursen. "Estamos repensando todo."