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Mirando al futuro: gobiernos y empresas se asocian para descarbonizar las ciudades

Las iniciativas público-privadas, la educación y los incentivos son claves para alcanzar el objetivo de cero emisiones.

17 de agosto de 2021

La próxima década será un momento crucial para la reducción de las emisiones de carbono, por lo que las autoridades locales en las ciudades están uniendo cada vez más fuerzas con promotores, inversores y empresas para hacer más sostenible el entorno construido.

Desde el Grupo de Trabajo de Edificios con Emisiones Cero de San Francisco hasta el Programa de 1.200 Edificios de Melbourne, que ha modernizado más de 540 edificios de oficinas en el centro de la ciudad, cada vez son más las ciudades que lideran iniciativas de colaboración en la carrera hacia el objetivo cero.

El sector inmobiliario representa el 40% del total de emisiones de carbono registradas, por lo que tiene un papel fundamental en la reducción de las emisiones.

Según un reciente informe de JLL, el 85% de los políticos, los inversores y los inquilinos corporativos están de acuerdo en que la colaboración estrecha entre las ciudades y el sector inmobiliario es fundamental para alcanzar los objetivos de sostenibilidad.

Aunque muchas iniciativas ofrecen incentivos financieros, como créditos fiscales, subvenciones, exenciones de tasas y reducciones de préstamos para adaptar inmuebles antiguos y garantizar unos edificios de nueva construcción más sostenibles, las autoridades están explorando cada vez más otras opciones. Entre ellas se encuentran la agilización de los permisos de construcción para los edificios que cumplen con las calificaciones ecológicas en ciudades como Seattle y la promoción de sistemas voluntarios de certificación de la sostenibilidad como NABERS y BREEAM.

"Las ciudades están buscando formas más creativas de incentivar a los promotores, propietarios y ocupantes", afirma Jeremy Kelly, Director de Research de JLL. "Aquí es donde trabajar en colaboración con la industria inmobiliaria es tan importante. Si las ciudades quieren alcanzar los objetivos de cero emisiones netas, las autoridades locales deben ayudarles".

Una red de conocimientos valiosos

El intercambio de conocimientos es una parte fundamental del éxito de estas colaboraciones. Un ejemplo de ello es el proyecto Energy Leap de Copenhague, que reúne a grandes propietarios de edificios que se comprometen a reducir el consumo de energía en un tres por ciento al año. Las medidas adoptadas con éxito ayudan a los propietarios y ocupantes más pequeños a cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de carbono y apoyan el intento de Copenhague de convertirse en la primera ciudad del mundo neutra en carbono para el 2025.

"Los incentivos, la fiscalidad y la regulación deben equilibrarse con la promoción y la educación. El éxito de las ciudades radica en las colaboraciones voluntarias que ayudan a compartir los conocimientos", afirma Kelly.

En América Latina, un proyecto del WorldGBC ha introducido políticas y sistemas de eficiencia en los edificios para apoyar a la industria local de la construcción e impulsar el desarrollo sostenible. Los programas de aceleración en Nueva York, Londres y Dubai ayudan a los propietarios e inversores a modernizar los edificios para reducir las emisiones de carbono.

"Las principales empresas inmobiliarias y los gobiernos reconocen cada vez más que tienen un papel importante en el apoyo a las empresas más pequeñas y a los propietarios individuales que carecen de recursos y conocimientos para tomar medidas", afirma Kelly.

Para los promotores más pequeños, las asociaciones en las que participan muchos miembros también pueden crear economías de escala que reduzcan el obstáculo financiero de invertir en mejoras de sostenibilidad.

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Una normativa más estricta

Una normativa más estricta a nivel local y nacional también está impulsando las prácticas de construcción sostenible.

Una ley histórica de la ciudad de Nueva York, que entrará en vigor en 2024, sancionará a los edificios que superen determinados niveles de emisiones, con multas que pueden llegar a casi un millón de dólares al año para los bloques de apartamentos de tamaño medio. En los Países Bajos, a partir de 2023 será ilegal alquilar edificios ineficientes desde el punto de vista energético.

Algunos países ya han aplicado medidas similares. En Singapur, el incumplimiento de las medidas de eficiencia de los edificios lleva tiempo acarreando sanciones que incluyen multas y la retirada de permisos.

"A medida que los objetivos de cero emisiones se conviertan en una parte fundamental de las estrategias de desarrollo, veremos más normativas obligatorias que exijan un determinado nivel de eficiencia energética", afirma Kelly.

"Pero hacer que las empresas rindan cuentas de forma efectiva depende en parte de la capacidad para medir estas métricas. Hacen falta datos y tecnología que permitan elaborar informes transparentes".

Retos para la colaboración

Mientras que algunas ciudades como Nueva York, Los Ángeles, París, Sídney y Melbourne están despuntando en cuanto a medidas sostenibles, otras se están quedando atrás. De hecho, el 69% de los altos cargos encuestados por JLL creen que la falta de incentivos por parte de los gobiernos es un obstáculo importante para alcanzar las ambiciones en materia de sostenibilidad.

Un obstáculo para la colaboración eficaz es la falta de mejores prácticas establecidas. "Existe una adversidad histórica entre los dos sectores, lo que requerirá un cambio de cultura", afirma Kelly.

"Los gobiernos tienen que ver al sector inmobiliario como socio en el reto de dar forma a unas ciudades más sostenibles, mientras que el sector privado tiene que colaborar en mayor medida a través de sus conocimientos".

La necesidad de transparencia en los procesos gubernamentales también significa que las colaboraciones deben establecer reglas básicas sobre cómo trabajar con proveedores. "Crear este marco transparente es fundamental y las distintas ciudades están experimentando con diferentes enfoques", afirma Kelly.

Las iniciativas a nivel de barrio pueden ser un significativo paso adelante. "Las asociaciones entre los ayuntamientos y los promotores locales pueden lograr lo que podría ser más difícil para el sector privado, cuyo trabajo está relacionado con la ciudad entera", afirma Kelly.

Sea cual sea el camino, las ciudades saben que los próximos años serán fundamentales para impulsar los enormes cambios necesarios para sentar las bases de un futuro con bajas emisiones de carbono. Y eso requiere un trabajo en equipo.

"Hay un verdadero sentido de urgencia y un reconocimiento de que el reto de lograr un entorno construido descarbonizado está más allá del alcance de una sola de las partes vinculadas al desarrollo de una ciudad", concluye Kelly.

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