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¿Cómo crear una marca ciudad de éxito? El caso de Barcelona

Barcelona despunta por su posicionamiento en términos de branding e influencia. Analizamos su imagen para extraer las lecciones que otras ciudades pueden aprender de ella.

30 de enero de 2020

"Reflejar una visión positiva y coherente de una ciudad es la mejor manera de presentar y potenciar su marca".

Vanesa Carceller, Directora General, JLL Cataluña

En una época en la que la tecnología y la globalización hacen que las ciudades tengan un perfil cada vez más parecido, muchas se han propuesto hacer de su nombre auténticas marcas para diferenciarse y atraer al mayor número de personas.

Según el informe de JLL “La demanda y la innovación en las ciudades globales”, Barcelona es la ciudad que mejor ha interiorizado este propósito desde el punto de vista del branding y la influencia. Lo que es más, el informe establece que, como parte de las emerging world cities, junto a ciudades como Mánchester, Bruselas o Montreal, la Ciudad Condal tiene el potencial para plantar cara a las established world cities (o las urbes más consolidadas como London, Hong Kong o Nueva York) en muchas mediciones básicas e impulsar el ciclo de inversión.

Y es que, aunque su desarrollo se encuentra muy ligado a la evolución del turismo, existen varios otros factores que permiten que la marca Barcelona goce de un alto reconocimiento fuera de nuestras fronteras.

Foco de inversión y talento

El atractivo económico de la capital catalana es uno de los factores de peso para su buen posicionamiento, especialmente en innovación y nuevos negocios.

Un estudio de KPMG de 2019, situaba a Barcelona como la quinta ciudad más atractiva para la creación de empresas, siendo un alto número  de ellas start-ups. La capital catalana es sede de 1.197 negocios de este tipo, que en 2018 recibieron inversiones por valor de 871 millones de euros. De hecho, el documento Startup Heatmap 2018 sitúa a Barcelona como el tercer hub de startups más atractivo de Europa, solo por detrás de Londres y Berlín.

La ciudad destaca también por su sólido posicionamiento en el sector biotecnológico y digital. Todos los meses de febrero se convierte en la cuna de la innovación y la economía del conocimiento gracias a la celebración del Mobile World Congress (MWC, por sus siglas en inglés). En cuanto a la biotecnología, los datos de los últimos meses evidencian su peso en la economía local. Según estima Biocat, el organismo impulsado por la Generalitat catalana para potenciar la biotecnología, Cataluña cuenta con 1.060 empresas de ciencias de la vida y de la salud y 89 entidades de investigación, que invierten anualmente 450 millones en I+D biotecnológica (el 29,5% del total de España).

Ejemplo de calidad de vida urbana

Más allá del plano de negocios, la Ciudad Condal es percibida como vibrante, divertida y con alta calidad de vida. Los más de 2.400 horas de sol al año hacen difícil no disfrutar de su variada oferta de restauración y ocio, las múltiples actividades culturales o los impresionantes espacios naturales. Tanto es así, que la ciudad acaba de ser nombrada la séptima mejor ciudad del mundo para mudarse en 2020 según el Expat City Ranking elaborado por InterNations.

En palabras de Vanesa Carceller, Directora General de JLL Cataluña, “Barcelona está demostrando ser un polo de atracción de empresas e inversión. Su multiculturalidad, tamaño manejable, buenas comunicaciones e infraestructuras, sistema educativo y la calidad de vida que ofrece a sus residentes la han convertido en foco internacional de atracción de talento e inversión”.

¿Qué pueden aprender otras ciudades de Barcelona?

Si hacemos balance, hay 3 lecciones que otras ciudades que se encuentran en un punto anterior de su evolución (especialmente en Europa, Australia y Estados Unidos) pueden aprender de la Ciudad Condal:

  1. Para potenciar el valor de una city brand, es necesario construir y comunicar una identidad de marca convincente que resuene a nivel global, pero que también tenga autenticidad local y se base en elementos autóctonos como el sector inmobiliario, el urbanismo, el diseño y la cultura. “En el caso de la Barcelona”, afirma Carceller, “seguir esta premisa le ha permitido mantener su reputación con el paso de los años y durante los cambios de ciclo económico”.
  2. Es fundamental impulsar una economía más resistente y diversificada, capaz de atraer y acoger a empresas y a talento vinculados a sectores punteros como el tecnológico, el biotecnológico o el digital. En paralelo, acoger eventos relacionados con temas que definen la agenda del momento (tecnología móvil, industria, innovación sostenibilidad, etc.) también aportan atractivo a la imagen de cualquier ciudad.
  3. Para el desarrollo de la marca ciudad, han de alinear sus objetivos todos los actores implicados. Se trata de los gobiernos, los responsables de cultura, educación, las empresas y los medios de comunicación, pero también de los propios residentes como embajadores de su ciudad. Tal y como destaca Vanesa Carcelleres elemental que las autoridades, las empresas y los habitantes de la ciudad se impliquen en la definición de qué debe ser la ciudad y el rol que quiere jugar en el panorama global. Hay que definir con posterioridad unas claras líneas de actuación coherentes con el espíritu de la ciudad y sus habitantes, su historia y sus valores, promoviendo la flexibilidad y la respuesta positiva a las nuevas oportunidades. Reflejar una visión común, positiva, relevante y coherente de una ciudad es la mejor manera presentar y potenciar su marca”.

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